Recuerdo una porción de una película donde un hombre recibe un gran cheque con miles de dólares, cuando se lo da este dice “lo donaré todo a un orfanato” y al salir de la mirada de quienes le tuvieron como admirable hizo todo lo contrario, cambiando el cheque y usando sus fondos para hacer crecer su “estómago”
Siempre habrá un dedo que acusa, una portada reveladora, una pancarta que brilla con luces neón, siempre habrá a quien señalar.
Cuando se trata de creer en Dios los dedos sobran también, es común meter a todos aquellos como si fueran del mismo costal cuando un error es cometido y más si este brilla con luz propia.
Gracias a Dios, no todos son los que son apuntados, no todos salen en portadas y sus nombres son iluminados en carteleras. No cortes tu juicio con la tijera que muchos usan para decir “todos son hipócritas”. Estoy seguro de que muchos que creen en Dios son sinceros, no perfectos pero si muy sinceros.
Y si en algún momento alguien que dice creer tocó la puerta de la decepción no está demás practicar lo que dijo Jesús.
Señor, ¿Cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús Mateo 18:21-35
PabelBG