Doña Lora llegó al comercio a buscar unos víveres de uso común, al llegar nota un airado encuentro, como cuchillos afilados y flechas a son y ton, las palabras crujen “es que yo pague eso” decía el comprador “no, aquí dice que usted lo debe” le replicaba el vendedor.
La compra de esa mañana la cancelo doña Lora por fuerzas fuera de su control, ¿será que ella también iba a comprar de fiado?
El crédito es sí mismo, no es lo anormal, lo anormal es no pagarlo.
No olvidemos que aunque no tengamos créditos, si le debemos a otros o nos debemos a otros. En un mundo donde todo es rápido y se vive al “ya” debemos detener la marcha y recordar que también Dios mismo sin debernos nada se nos dio a sí mismo para acercarnos a él con confianza.
PabelBG