Llegas temprano a la casa de tu amigo y amiga y de una te llega ese olor tan penetrante, hasta te hace cerrar los ojos, parar la respiración y de una salivar más. Cuando te pasan y te ofrecen un asiento muy cómodo te dicen ¿quieres comer un rico plato europeo?
A ver, no piense mal, el plato era pavo con manzana, el olor era otra cosa.
Pero la verdad a veces le hacemos más caso a un olor feo y repugnante y no le damos importancia a las fétidas mentiras de la pérdida de valores como lo son el amor al prójimo, el perdón, y la fe.
Preocupémonos no solo por el olor que entra de fuera, preocupémonos por lo que estamos emanando de dentro para fuera.
Así que, si algún día hueles algo fétido y asqueroso, ojalá ojalá y no sea algo que hayas dicho o hecho.
Sobre todo revístanse de amor, que es el lazo de la perfecta unión. Col 3:14
PabelBG