Un día de tantos te diste cuenta que tenias una oreja más grande que la otra, al otro día que no puedes pronunciar bien alguna palabra o te costó lograrlo, o también que no eres bueno para un deporte pero para otro si, que no sabes hacer bien un platillo de comida especial y terminaste comprando, que te enojas rápido o te enojas y nadie se dio cuenta algo que no es muy bueno tampoco, te diste cuenta también que no puedes controlar lo que otros hacen y a veces eso asusta, que aunque pagaste el servicio de teléfono aun así lo cortaron, que te dio un feo catarro y no sabes por qué, que un día te levantaste sin animo y tampoco entiendes por qué, que algo que dijiste sin querer ofendió a alguien, o alguien dijo algo y te sentiste ofendido.
¿No somos perfectos verdad?
La biblia dijo algo al respecto sobre esta imperfección nuestra,
A dondequiera que van,
todo lo destruyen
y lo dejan destrozado.
No saben vivir en paz,
ni respetan a Dios.»
Eso está en Romanos, y en definitiva nos está mostrando un gran problema de nuestro corazón, nacimos doblados, un poco o tal vez muy dañados, claro puede que sea la crianza, o el entorno, pero hasta en cuna de cristal y en mansión de diamantes se escucha de los problemas del alma.
Necesitamos a Jesús para que nos rescate de nosotros mismos, que nos libere del monstruo diario que nos lleva a vivir sin paz, sin felicidad, sin rumbo eterno, pues al final, aquí lo dejas todo, y lo que pasa luego se decide aquí no allá.
PabelBG.